Imagina un martes 7:58 a. m.: WhatsApp explotando con “¿abren hoy?”, “¿a cuánto la limpieza?”, “¿dónde están ubicados?”, “¿me guardas una mesa?”. Tu recepcionista aún no termina el primer café y ya tiene diez chats abiertos. No es que falte voluntad; falta automatizar lo repetitivo. Ahí entra el chatbot: hace el turno largo, responde lo básico, agenda citas y manda recordatorios. La recepcionista sigue siendo la heroína del negocio… solo que ahora libre de la taladradora de preguntas frecuentes.
En Konkiro montamos este esquema sin código (o casi): bot web y/o WhatsApp, integración con Google Calendar para agendar, recordatorios por WhatsApp y correo, handoff a humano con contexto cuando se necesita, y todo amarrado a tu CRM (HubSpot o Airtable) para medir de verdad. Nada de promesas vacías: son flujos concretos que conectamos con Make/Zapier y tus herramientas actuales (Webflow, Google Workspace, Shopify, Stripe…).
Se encarga de lo que se repite a diario: precios y servicios, horarios y ubicación, consultar disponibilidad y reservar, enviar recordatorios, políticas básicas y estado de pedidos. Todo en el canal que tus clientes ya usan (web o WhatsApp Business API).
Ejemplos reales que implementamos:
El bot no se inventa respuestas: cargamos tu FAQ (lo que ya sabes responder por teléfono o WhatsApp), definimos reglas claras y lo conectamos a tus sistemas para que todo quede registrado.
Cuando hay emociones, excepciones o negociación, un humano hace magia: interpreta matices, propone alternativas, cierra ventas complejas. Por eso configuramos handoff: si el cliente pide hablar con alguien, si detectamos palabras como “reclamo” o si el ticket es de alto valor, el bot pasa la conversación a tu equipo con contexto (quién es, qué preguntó, qué eligió). También definimos un SLA simple en horario laboral: responder rápido, idealmente en pocos minutos.
Todo esto lo montamos no-code con Make/Zapier, Webflow y tus herramientas. Sin rehacer tu negocio desde cero.
Porque el cliente quiere velocidad cuando la duda es simple, y humano cuando el tema se complica. El bot acelera lo primero; tu equipo brilla en lo segundo. Además, dejar registradas las interacciones en tu CRM permite aprender de verdad: qué preguntan, qué convierten, en qué paso se caen las reservas.
Un paciente escribe “¿tienen cupo mañana?”. El bot consulta agenda real, ofrece dos horarios, confirma la cita, envía ubicación y programa recordatorios. Si el paciente responde “necesito reagendar” o “quiero hablar con alguien”, hacemos handoff y la recepcionista toma el control con el contexto ya listo. La cita queda en tu calendario y en tu CRM, con etiqueta de origen. Fin del caos.
No prometemos milagros; prometemos orden y datos: menor tiempo de respuesta, más reservas confirmadas, menos olvidos gracias a recordatorios, y un equipo humano centrado en lo que de verdad mueve la aguja. Cero fantasía: son integraciones y flujos que configuramos a medida de tu operación.
¿Te gustaría ver esto en vivo con tu negocio?
Montamos un piloto: conectamos bot, agenda y recordatorios; medimos una semana y decides con números.